El olivar de montaña, además del legado paisajístico que ofrece sobre nuestras tierras, es muy interesante desde el punto de vista ecológico, social y gastronómico.
La gran mayoría son ecológicos y muchos centenarios, se trata de un olivo sin abuso de herbicidas y que frecuentemente se rodea de un cortejo florístico. Numerosos animales silvestres coexisten en armonía gracias a él. Por otro lado, la mano de obra requerida para el cultivo, mantenimiento y recolección de estos olivares supera al del resto. Con lo cual genera numerosos puestos de empleo.
Olivares olvidados
Desgraciadamente, dada la escasa rentabilidad y los elevados costes que suponen su gestión, está siendo abandonado por los diferentes agentes (Administración pública, agricultores, asociaciones…). El empeño por minimizar costes y aumentar la producción de aceituna por unidad de superficie, está suponiendo sustituir este tipo de cultivo por otros superintensivos y mecanizados, donde los tratamientos son mucho más agresivos.
Sin embargo, el problema de la escasa rentabilidad económica del olivar de montaña tiene más que ver con la deficiente comercialización de un producto único, que con las dificultades inherentes al terreno.
Los costes ecológicos y sociales de perder estos olivares son preocupantes. La única solución es aumentar el valor añadido de sus aceites y potenciar las ayudas públicas.
Sello de calidad única
Con todo, la calidad de ese aceite obtenido en alta montaña es único. El clima seco y las duras condiciones climáticas a la que se expone, con veranos calurosos y fríos inviernos , hace que desarrolle mejores características organolépticas y un mayor número de polifenoles y antioxidantes. Además, la aceituna, y por tanto el aceite, se hace más despacio y tiene más esencia.
Esto, sumado al compromiso cultural, social y medioambiental de estos olivares, compromete a aportarles valor y protegerlos para que no desparezcan.
Nuestro compromiso
Novecientos tiene como sello de distinción los 900 metros de altura de nuestros olivares de montaña. Es por ello, por lo que nuestro compromiso con otorgar valor añadido a estos aceites es especial. Una de las soluciones es, la conversión a cultivo ecológico certificado para poder poner de manifiesto la calidad del producto. Aquí entra en juego nuestro Organic 900, procedente de olivares ecológicos de alta montaña exentos de químicos y pesticidas. Se trata de un AOVE de alta calidad, obtenido del esfuerzo de personas ligadas a la tradición de estas tierras.
- El olivar tradicional de montaña busca una marca de calidad – (www.revistaalmaceite.com)
- OLIVAR DE MONTAÑA Su ecología y su potencial agroecológico – (http://vidasana.org)
- El olivar de montaña ha perdido desde 1980 más suelo fértil que en dos siglos – (periódico El País)
- Los Olivares olvidados – (http://www.ricardogamaza.com/)