AOVE
Si sumamos toda la superficie dedicada al cultivo del olivar, que actualmente existe en el planeta, nos encontramos con un total de 11.300.000 hectáreas. Esto supone un 1% de la superficie cultivable aproximadamente. Del total del cultivo dedicado al olivar, el 10% está dedicado a la aceituna de mesa. El resto se utiliza en exclusividad, al cultivo de la aceituna con el objetivo de obtener aceite de oliva. Esta extensión olivarera se expande cada año a un ritmo de entre el 0,7% y el 2,5%; lo que supone un incremento anual de entre 85 a 300.000 hectáreas.
Su historia
Cuenta la leyenda que cuando Adán tenía casi 1.000 años y presentía que pronto iba a morir, se acordó que el Señor le había prometido el perdón. A Adán le fueron entregadas tres semillas que germinaron en su boca después de su muerte. De esas semillas nacieron tres árboles, el olivo, el cedro y el ciprés.
Aunque el origen del olivo nunca ha estado especialmente claro, hay infinidad de mitos y leyendas que lo relacionan con el hombre antiguo y que además lo consideran un regalo extremadamente valioso para el hombre. Los restos más antiguos que se conocen de un acebuche fueron hallados en Israel, en el desierto de Néguev; datando su posible antigüedad en 43.000 años, es decir, del periodo Neolítico. Sin embargo, hoy en día es el cultivo más extendido mundialmente.
Es interesante
Como consecuencia de la época del año en que madura la aceituna, resulta un alimento bastante fácil de conseguir. Su inconveniente radica en su amargor, lo que hace que su sabor no sea agradable. Ante esta situación, los originarios cultivadores del olivo, braseaban la aceituna sobre ascuas. Esta práctica hacía que la piel se rompiera y fue así como casualmente se elaboró el primer aceite de oliva virgen extra. El avivado del fuego dio lugar a su descubrimiento entre los años 10.000 y 7.000 antes de Cristo.
En 47 países, pasando por los cinco continentes, por los dos hemisferios, norte y sur, y por diferentes orografías y climatologías, se produce, a día de hoy, aceite de oliva. Cada uno de ellos con sus peculiares características y sabor, dependiendo de las condiciones en las que se desarrolla. Cómo es el caso de nuestro aceite de oliva virgen extra 900 TOP que lleva impreso en su aroma la orografía y climatología de la zona. Esto significa que probablemente en los 365 días que tiene un año, se obtenga aceite de oliva virgen extra en alguna parte del mundo.
La producción de aceite de oliva es consumida en 169 países, especialmente en los productores, ya que, su demanda experimenta el fenómeno de la familiaridad, lo que supone que el 80% del consumo se realiza en los países de origen. El primer paso para la expansión del cultivo del olivar, es el consumo, con posterioridad, aparece el fenómeno de la producción en zonas donde nunca antes se había cultivado. Esto implica un incremento gradualmente exponencial del consumo de aceite de oliva.
Sabias que…
Del total de las grasas animales y vegetales que son consumidas en el mundo; tan sólo un 1,6% es aceite de oliva. Aunque la cifra parece pequeña en comparación con el consumo de grasas totales; lo relevante es que cada 10 segundos se consume una tonelada de nuestro oro líquido en el mundo. Nos queda camino aún para conseguir que el consumo de aceite de oliva sea habitual en más países del mundo. Pero acabamos de empezar a lanzar al mundo el mensaje de las propiedades altamente beneficiosas que nos proporciona la inclusión en nuestra dieta, del aceite de oliva en sustitución de otras grasas.
La forma en la que están repartidos los recursos productivos, los modos de cultivo, la orografía y climatología e incluso las arraigadas tradiciones de cultivo; hacen que básicamente podamos distinguir entre tres modelos de cultivo.
Caracteristicas
En primer lugar el 72% del olivar es de carácter tradicional y está localizado en las zonas de arraigo productivo. Donde el tamaño de las fincas, la forma tradicional de recolección y el alto componente artesanal, hace difícil el desarrollo de la producción en términos de competitividad.
En segundo lugar, tanto en países de tradición olivarera como en países recién incorporados a la olivicultura, nos encontramos con explotaciones intensificadas. Cuyas extensiones de cultivo son mucho mayores y han adaptado la planta a la mecanización; por lo tanto, los olivos son de un pie.
Esta producción supone aproximadamente el 26% de la producción mundial. Y nos queda un 2% de producción dedicada al cultivo del olivar de forma totalmente intensiva y mecanizada y además en grandes extensiones. Normalmente se trata de nuevos productores que tratan de beneficiarse del factor escala.
Todas estas características del sector, además de la concentración en determinadas zonas de la oferta y la demanda, hacen que la olivicultura esté en plena transformación. De forma lenta pero a la vez constante, países como Argentina o China van tomando protagonismo en sector, tanto como motores de aumento de consumos, como por ser pioneros en sus zonas, en el cultivo del olivo.
En definitiva
La transformación requerida viene condicionada por la escasa productividad del olivar tradicional. Se hacen necesarias diversas estrategias para conseguir competir con mayores cantidades de producción, mecanizadas y centradas en la calidad. Básicamente, una de las estrategias más efectivas, es la divulgación de las propiedades saludables del aceite de oliva; con el objetivo de que el consumo aumente y se expanda a zonas no tradicionales. La investigación y la innovación en este sentido tienen un papel primordial; y se convierten en fundamentales para el desarrollo del sector. Aun así, otra estrategia posible es el posicionamiento en calidad, cada vez más exigida por los expertos consumidores; que se convierte en otro camino a desarrollar por un sector en constante crecimiento y continua innovación.